21 julio 2009

Premios 20 blogs 2009

Este año decidí inscribirme en los premios al mejor blog, organizado por La Blogoteca. En la parte superior derecha de mi página, encontrarán un link con el cual podrán acceder a la votación de mi blog. Espero que si disfrutan la página y les parece que merece ser votada, entren al sitio, creen su cuenta y voten. Sé que crearse una cuenta puede ser molesto, pero no se preocupen por la posibilidad de recibir correo basura, yo poseo la cuenta desde hace tiempo y los únicos dos mail que recibí fueron para confirmar mi cuenta y para decirme que habían aceptado la inscripión de mi blog.

De por sí, muchas gracias.

El soldado

[Yo ya no abro los ojos, no quiero ver muerte. El dolor de ver esta cruel labor humana es algo que no puedo tolerar. Aún puedo oír los gritos de los desafortunados que no perdieron sus vidas. Yo no quería estar aquí en primer lugar, me dieron el arma sin preguntarme antes si tenía deseos de acabar con los sueños de otras personas.
Espero en el suelo, a un soldado amable que decida terminar con mi dolor. Sé que no voy a sobrevivir, con lo cual me dedico a recordar a mi familia y me imagino con ellos]

-Éste está muerto, general- [Escucho las voz muy cerca mío, pronto me encontrarán y no voy a sufrir más]
-Creo que aquel se movió... no, ya está muerto.- [Sí, un poco más cerca]
-¡¿Hay algún sobreviviente?! [¿Debería moverme? ¿Debería hacerles saber que no estoy muerto para que puedan matarme?]
-Señor, creo que este soldado aún no ha muerto- [¿Están hablando de mí?]
-Todavía respira- [Pero no por mucho tiempo, ¿Verdad?]
-¿Qué está esperando soldado? Sáquelo de aquí- [¿Quieren tomarme como prisionero?]
-Póngalo en el camión- [Sólo mátenme]
-No te preocupes, todo va a salir bien- [El dolor me nubla la mente, no puedo pensar, no puedo hablar]

[...]
[La luz, es demasiado brillante...]
[Me siento... bien. ¿Dónde estoy?]
[Es difícil saber con los ojos cerrados, pero no puedo abrirlos, no mientras esté esa luz]
-Se está despertando- [¿Una mujer?]
-Estás bien, no intentes moverte, sufriste graves heridas- [Tengo que abrir los ojos, debo ver...]
[...]
[Un hospital]
-¿Hola, como te sentís? [En las camas cercanas a la mía puedo ver a aquellos que tuvieron menos suerte que yo: sus pieles quemadas, sus huesos rotos. Pero no gritan, están dormidos, pero sé que todavía sufren, las drogas no son suficientes. La mitad de ellos van a morir y sus últimos momentos van a ser aquí, sin poder hablar, sin poder ver. Me siento igual que en el campo de batalla, horrible]
-Estoy bien-


Este texto lo había escrito hace mucho tiempo en inglés, lo había subido a mi otro blog y me había olvidado de traducirlo. Ya tengo la idea para un nuevo cuento, pero todavía no está terminado, con lo cual decidí subir éste antes.

12 julio 2009

El paisaje.

Hace mucho tiempo vivió un hombre el cual había hecho de la pintura su profesión. Pintó las más hermosas obras de todo el pueblo. Muchos hombres y mujeres buscaban su sabiduría, pero cada vez que se presentaban ante él, los rechazaba. No quería ningún pupilo, hasta donde él sabía, no era muy buen maestro.
Cualquiera que pudiese pagar una de sus pinturas podía llevársela, él amaba cada uno de sus trabajos, pero también pensaba que el arte era algo que debía ser compartido. Era injusto quedarse con todas sus hermosas pinturas, con lo cual las cedía. Pero como necesitaba el dinero, no tenía otra opción que venderlas.

Una noche tuvo un sueño. Sonó con un increíble paisaje que nunca había visto. Los colores habían sido perfectamente elegidos, todo era perfecto. Estaba asombrado.
Se despertó y abrió sus ojos, miró para todos lados intentando encontrar el paisaje que lo había maravillado. Era inútil, estaba despierto.
Tomó sus pinturas y trató de emular lo que había visto en su sueño. Su mano no se movió. No sabía por dónde empezar a pintar. En realidad, aunque intentó recordar lo que había visto, no pudo. Decepcionado, se acercó a su cama, se acostó en el colchón y esperó. Pronto volvería a dormirse y de nuevo, soñaría.
Los colores, nuevamente, ganaron su entusiasmo. En su sueño, todo estaba tranquilo. Buscó sus pinturas y su lienzo para pintar el maravilloso lugar en donde se encontraba sin efecto. Seguía durmiendo ¿Cómo iba a poder pintar?
Abrió sus ojos y se apresuró a acercarse a su mesa donde había dejado sus pinturas, tomó el pincel y se detuvo. La imagen de su sueño había desaparecido tan pronto como había abierto los ojos.

Muchas noches pasaron y en cada una de ellas el soñó con el paisaje. Se dió cuenta que intentar pintar lo que veía en sus sueños era completamente inútil. Así que decidió ir a la biblioteca. Entre todos los estantes debía haber un libro que mencionase el lugar en el cual él había estado en su dormir, o así había pensado, pero se equivocó. El lugar no existía, no fuera de sus sueños, por lo menos.
Pasó varias horas intentando encontrar la solución a su problema. Intentó no abrir los ojos al despertarse, pero no pudo, era una reacción normal para él. También trató de cubrir sus ojos de noche pero así, él no podía dormir.
Estaba desesperado, quería que todas las personas pudiesen conocer aquel maravilloso e indescriptible lugar. Y así decidió que la única manera de poder pintar lo que veía en sus sueños era evitando ser distraído por los colores de la vida real. Una noche, antes de acostarse, tomó algunas de sus pinturas y se las echó en los ojos. Quedó ciego y se fue a dormir.
A la mañana siguiente se despertó, abrió los ojos y no vió nada. Así que la imagen de su sueño no desapareció. Se acercó al escritorio donde había dejado sus pinturas y su lienzo, y comenzó a pintar lo que había soñado. Pintó por muchas horas hasta que supo que había terminado. Despertó a su esposa y le mostró el trabajo. Rápidamente le explicó lo que había hecho la noche anterior. Ella lloró sin prestar atención a su trabajo y lo abrazó. Le preguntó cómo podría haber hecho tal cosa, pero el no respondió. Nuevamente le mostró su obra y su esposa se quedó sin habla. Vió los colores, la paz del paisaje y como todo había sido perfectamente pintado. Se maravilló por un lugar que jamás había visto. Tomó la pintura y la llevó afuera. La belleza del trabajo deslumbró a todos en el pueblo, nadie podía creer la grandeza de la obra ni del artista.
Lo años pasaron y a ese cuadro se le unieron muchos otros. Fueron esparcidos por todo el lugar, para que todos pudiesen contemplarlas.

Una noche, después de muchas décadas, el pintor murió. Su esposa y todos los hombres y mujeres del pueblo lloraron su muerte. Pero ellos supieron que él no podría haber muerto más perfectamente. Obviamente, él estaba soñado con otro hermoso paisaje y cuando murió se fue al cielo, pero no lo notó. En sus sueños él había visto el cielo y tal cual lo había pintado. Así que cuando dejó de soñar con estar allí y empezó a estar allí, el no supo.