Ella me miró como si se sintiese asqueada por lo que acababa de suceder, pero yo bien sabía que dentro suyo, ella estaba feliz. Le encantaba saber que había muchos testigos de nuestros actos, todo era perfecto: el hombre tirado en el suelo, sin producir sonido alguno y yo con el arma en la mano.
Ella sabía que a pesar de que la situación parecía estar mal, nosotros aún teníamos el control.
Después de todo, a ella le encantaba la actuación y sabía que todo terminaría cuando bajase el telón.
19 marzo 2009
La escena
Posted by Martín at 5:49 p. m.
Labels: Cuentos
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