10 octubre 2009

El profeta

Cuando entró a la habitación, supe que su visita era señal de peligro. Él nunca pasaba sólo para saludar, siempre venía con una nueva advertencia. Se sentó en la silla que estaba al lado de la mía y no dijo ni una palabra. Él sabía perfectamente cuando yo comenzaría a hablar y por eso estaba en silencio, estaba esperando. Como yo sabía cual era la situación, decidí callar por la mayor cantidad de tiempo posible, pero apenas ese pensamiento cruzó mi mente, él comenzó a hablar. No podía dejar que yo le ganase.
-Ambos sabemos que yo vine aquí por un buen motivo, pero la diferencia entre tú y yo, es que yo sé cual es.- Dijo y me dirigió una gran sonrisa llena de felicidad, por el simple hecho de poder burlarse de mi ignorancia. -Estás pensando que yo te estoy tratando de un modo muy cruel, porque sé que afectará de manera positiva el futuro. Pero no, lo hago por el sólo placer de molestarte. - Dijo, sin poder evitar sonreír nuevamente. Se levantó de la silla y salió por la puerta. Nunca más lo volví a ver, supongo que nuestra corta charla sirvió para algo, que de cierto modo modificó el porvenir, pero no lo puedo saber con certeza.


Cuando me notificaron que un hombre, el cual decía poder ver el futuro, quería charlar conmigo, lo rechacé. Y al hacerlo, entendí que el hombre no podía ser más que un fraude: de poder ver el futuro, habría sabido que no iba a aceptar su visita en primer lugar.
Pasaron varias horas, hasta que un guardia pidió mi permiso para darme un comunicado. Como se trataba de un hombre de mi confianza, acepté su pedido. Él entró en la habitación, aclaró su voz y me dijo: -Mi rey, siguiendo el pedido de un extraño, quiero darle este sobre, el cual me fue entregado ayer. Sé que sus órdenes me veían obligado a notificarle en el mismo instante, pero el hombre consiguió persuadirme. -¿Y cómo, me pregunto yo, logró persuadirte?- Dije con gran enfado. -Creo que debe leer el papel, seguro entenderá- Respondió y me dió el paquete. Abrí el sobre y de adentro extraje una sola hoja en la que estaba escrito: Lamento que haya rechazado mi visita, espero que esta carta haga cambiar su opinión. Bueno, ¿Qué digo?, estoy seguro que lo hará. Después de leer, le pregunté al guardia si realmente la carta había sido entregada ayer. Al responderme que sí, pensé en decirle que encontrase al profeta, pero antes de poder hacerlo, él me dijo: -Lo está esperando en la plaza. Me pidió por favor que lo interrumpiese antes de que usted pudiese formular la pregunta, para despejar cualquier duda. Sonreí y de inmediato mandé a llamar a algunos hombres para que me escoltasen y recibí la siguiente respuesta: -Ya tenemos todo listo señor, el hombre que usted había enviado hace unas horas, nos informó de su necesidad- No pude evitar comenzar a reír, el profeta me había convencido.
Me encontré con él en la plaza. Lo único que hizo, fue darme la indicación de construir la muralla que rodearía mi palacio, siete pies más alta. Acto seguido, se fue. No intenté detenerlo y por su paso firme y derecho, supe que él sabía que no lo seguiría.


Decidí no dejarlo en espera por mucho más tiempo y fui al restaurante. Allí estaba sentado, esperándome. Me acerqué a su mesa y le pregunté si podía acompañarlo, él me dijo que sí, pero me agradeció la muestra de modestia al preguntarle algo sabiendo ya la respuesta. Le respondí que no era necesario que me agradeciese y él me contestó: -¿Ves?, ya perdiste toda modestia. Ambos sabemos que no necesitaba decírtelo para que tú lo supieses.
-Debes agradecer que yo supe que me estabas esperando y decidí venir- Dije.
-No realmente, yo vine sabiendo perfectamente que vendrías al saber que te estaba esperando. A fin de cuentas ¿Serías capaz de abandonar a un amigo?- Respondió. Levantó la mano para llamar al mozo y le pidió que tomase mi orden.
-Lo que quiera traerme está bien para mí- Respondí. -Y sí, estoy seguro.-
-De acuerdo señor- Dijo el mozo y se fue.
-Con esa demostración te has superado a ti mismo.- Dijo mi amigo. -Eres un orgulloso, simplemente eso y aquí estoy yo intentando hacerte cambiar. Que pérdida de tiempo-
-Si te parece así puedo retirarme, pero algo me dice que prefieres que me quede.- Le respondí y tomé el plato que el mozo había traído para mí. Cuando el mozo se fue, dije en voz baja: -Podría haber elegido mejor, esta comida no tiene buen aspecto.
-Sí, prefiero que te quedes, pero quiero que sepas que es así porque creo que tienes algo interesante que contarme.- Contestó y con un gesto me demostró que quería que yo le contase.
-Tengo algo para contarte, es cierto, pero preferiría que no intentases adivinar el futuro cerca mío, es como si yo quisiese intentar pintar un cuadro como tú lo haces. Sería un desastre.- Comencé a comer la comida que el mozo me había traído.
-Bueno, pero no tengo que ver el futuro para saber cómo quedaría un cuadro que tú pintases, decir que es un desastre, es poco.- Se rió estrepitosamente y puedo jurar que más de una persona de las mesas adyacentes se dieron vuelta para ver cuál era la fuente de tal jolgorio.
-He tenido ciertos problemas últimamente. Desde hace mucho tiempo me cuesta dormir, estando en la cama no paro de preguntarme cuándo podré dormirme y el obtener la respuesta nunca es grato, pues sé que tardaré mucho en poder soñar y eso me mantiene despierto. Y el soñar tampoco es algo que me agrade mucho, mis sueños no difieren demasiado de la realidad, lo único que hago es ver lo que va a suceder. Eso es algo de lo cual no puedo enorgullecerme.- Dije y cuando iba a continuar mi relato el me interrumpió: -Y ambos sabemos cuan importante es el orgullo para ti.- Sonrió alegremente y me dijo que podía seguir con lo que le estaba diciendo.
-Aún no he llegado a contarte lo peor. Este, llamémosle, "don", puede resultar un poco molesto en muchas ocasiones. ¿Querrías saber cuándo y cómo vas a morir? ¿No?, pues yo lo sé. Y puedo asegurarte que no me entretiene en lo más mínimo saber. Igual despreocúpate, me he encargado de que sea del modo más placentero posible. Es terrible saber cómo van a acabar las vidas de cada una de las personas con las cuales te relacionas, aunque sea por un instante. ¿Recuerdas al rey, al cual le aconsejé que construyese el muro, un poco más alto?, dime, ¿Cómo podría haberle dicho que el hijo que estaba esperando con tantas ansias, iba a morir antes del parto y que no había modo de salvarlo?- Dije y no pude evitar suspirar con tristeza.
-Debe ser complicado, lo entiendo. Al convertirme en tu amigo supe que iba a haber consecuencias, pero decidí aceptarlas. Eres demasiado interesante como para ignorarte. Y lo único que puedo hacer es recordarte que tienes que saber hasta que punto informar a la gente sobre el futuro. Uno prefiere, a veces, vivir en la ignorancia. Pero de todas maneras, me encantaría poseer tu don.- Respondió.
-Eso lo crees por ahora. Lo que te acabo de contarte es horrible, pero no es lo que me perturba tanto. Todas las personas que han tenido conocimiento de mi habilidad, siempre se han preguntado cómo debe sentirse. Es imposible de explicar para mí, así que puedes imaginarte lo difícil que debe ser para alguien pensar en ello. Sé que con anterioridad había intentado explicarte cómo era que esto funcionaba y que fracasé. Pero creo que debes saber hasta que punto esto complica la vida. Cada pequeña modificación que pudiese hacer en el presente afectaría el futuro, con lo cual debo ser muy precavido con mis decisiones. Y por consiguiente, con cada acción desencadeno un futuro distinto, el cual reemplaza al que yo antes conocía. Es como que en cada paso que doy, todo a mi alrededor cambia. Y no, no puedo evitar ver el futuro, ya lo he intentado varias veces. Incluso he probado emplear mi don para saber si en algún momento descubriré cómo dejar de usarlo, para emplear el método con anterioridad. Pero es imposible.- Dije y golpeé la mesa con mi mano, el ruido llamó la atención de todos las personas del lugar. Y el dueño se acercó y me pidió cortésmente que me fuese.
Ya afuera del restaurante, dije: -¿Ves? Todo lo que hago tiene consecuencias y por ese pequeño momento en el cual perdí el control, evité que pudieses pedir un postre.
-No hay problema. -Me dijo. -Pero tengo una duda ¿Cuan claro ves el futuro?, digo, ¿Hay alguna diferencia con lo que estás viviendo en el momento?
-No, no la hay, y eso es lo que más me preocupa. Por ejemplo, yo no sé si esto te lo estoy diciendo ahora o no. Quizás sólo estoy viendo el futuro. Cuesta mucho notar la transición entre el pasado, el presente y el futuro. O bien, todo esto ya pasó y lo que estoy haciendo es recordar, rara vez he necesitado hacerlo, pero quizás ésta es una de esas veces.- Dije y me fui, no quería más hablar del tema. O quizás es que no quiero hablar más. Aunque también es posible que lo mejor es me quede con él, cuando nuestra charla termine.

7 comments:

Guadilú dijo...

me gusta la idea :)

Martín dijo...

Espero que también te hay gustado la implementación de la misma :P
Gracias por el comentario :)

Anónimo dijo...

Muy buen texto (:
Acá
http://AikiSuyai.blogspot.com :D

Petrova dijo...

Me gustó. Por momentos me costó seguir el hilo del relato, pero me agradó mucho.
¿Segunda parte?.
ajajajajja.

Gracias por pasarte por mi blog Tin :D. Me alegra que te haya gustado ^^. Es uno de esos arranques en los que escribo lo que mis sentimientos dictan :P.El otro cuento lo estoy por reformar denuevo.
Cuando este a mi gusto (? jajaja te digo :D.

Besitos

Petrova dijo...

Deberias hacer una segunda parte. Por lo menos en cuanto a mi opinion, queda como un poco incuncluso sino.
Si la haces, seria copado.
Sino, yo te apoyo igual jajajaja.
Seguí escribiendo de lindo Tin :D

Petrova dijo...

Emmm, si. Un día podriamos ir charlar por ahí. Pronto iremos al museo jajajaa. Cuando organisemos bien

Petrova dijo...

Gracias por el apoyo Tincho.
La cancion es muy bonita y tus palabras son sabias :).
Posta.
Besitos y gracias :D